Salud corporal y mental
LA ALIMENTACIÓN
El estudio es una actividad que exige una gran cantidad de esfuerzo, obligándonos a estar en un buen estado de salud, lo que implica tener una alimentación sana. Sin abusar de comidas rápidas, más si consumir “comida sana”, con una dieta equilibrada (teniendo como contraindicación: dieta de adelgazamiento). De mismo modo evitar el consumo de bebidas estimulantes. Respetar horas de sueño. El ocultar al organismo el cansancio acumulado es provocar reacciones inesperadas. Se puede consumir complejos vitamínicos, practicar deporte puesto a que mantener el cuerpo en forma, permite que este queme energías y del mismo modo libre estrés.
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EL DESCANSO
En el estudio se debe mantener un buen ritmo de trabajo, mantenerse en perfecto estado de salud. En tiempo de estudio se debe tener descansos regulares, se puede realizar alguna actividad relajante, tener un riguroso cumplimiento del tiempo de descanso, respetar las horas de sueño. Mientras no sea época de examen los fines de semana podrían ser para descansar y a tener otras actividades de ocio. Ya en próximos exámenes debe concentrarse plenamente en los estudios. Todo es cuestión de organizarse.
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PREPARACIÓN PSICOLÓGICA PARA ESTUDIAR MEJOR
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Ponte una meta, debes saber lo que quieres y hasta dónde quieres llegar.
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La motivación interior es el” motor” del buen estudiante. La fuerza de voluntad es la mejor energía.
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Conformarse con mínimos no es de valientes, debes cuidar tu afán de superación.
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Conócete y apréciate a ti mismo, es importante que cuides tu valoración personal y tu autoestima.
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Siempre van a surgir dificultades y problemas, como en la vida misma, pero hay que buscar soluciones y no desanimarse.
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No te aísles, conecta con personas de tu confianza que te puedan orientar.
PREPARA TU MENTE PARA UN EXÁMEN
Nervios, preocupación, inseguridad, miedo a quedarte en blanco. ¿Sientes todo esto cuando llegan los exámenes?
Es normal. Aprobar es importante para ti. Supone la culminación de muchas horas de trabajo y estudio, pero no dejes que esa presión enturbie tus resultados.
Para evitar las sensaciones de angustia y ansiedad, debes aprender a preparar tu mente para este tipo de situaciones. Es más sencillo de lo que parece, siguiendo unas sencillas pautas podrás reducir la tensión antes de la prueba y evitar que ésta afecte a tu capacidad para razonar, responder y demostrar tus conocimientos.
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Debes saber queÂ…:
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Es cuestión de actitud
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Evita preocuparte. Si has estudiado lo suficiente, los motivos que te preocupan están fuera de tu alcance. No puedes saber qué te preguntarán o cómo os evaluará el profesor.
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Tienes que ser optimista y confiar en tus posibilidades.
El día antes:
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Procura no dedicar el día a estudiar desmesuradamente aquello que aún no has repasado. Así, sólo conseguirás aumentar tu ansiedad y bloquearte mentalmente.
Las horas previas:
Si hasta ahora has logrado mantener la calma y una actitud positiva, no lo estropees.
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Intenta llegar temprano al lugar del examen y asegúrate que tienes todo lo que necesitas: lápiz, bolígrafo, tablas, calculadora.
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Procura no hablar de la prueba y de su contenido con tus compañeros de examen. Si ellos están muy nerviosos, esa actitud es contagiosa.
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No intentes comprobar si recuerdas todos los temas. Antes del examen tu mente está en tensión, ya no puedes reforzar tu memoria, así que concéntrate en lo que vas a hacer.
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Evita los sentimientos negativos. Sustitúyelos por otros más positivos como "ya he pasado antes por situaciones parecidas y ha salido bien" o "me he preparado lo suficiente, ya he hecho todo lo que se podía hacer hasta aquí".
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Invierte cinco minutos en encontrar un lugar tranquilo para cerrar los ojos y practicar ejercicios de respiración.
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EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN ANTES DE UN EXAMEN
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Inspira el aire por la nariz manteniendo la boca cerrada y elevando el abdomen.
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Sujeta el aire durante unos momentos.
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Expira por la boca o nariz muy despacio
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Repítelo varias veces. Cuanto más despacio se produzca la respiración mayor será la sensación relajación.
¿Y ahora, qué?
Tienes el examen delante y parece que nada te suena. Te preguntas, ¿me habré quedado en blanco?
Nada de eso. Tienes un montón de conocimientos acumulados sin organizar. A medida que vayas analizando el examen los irás estructurando poco a poco.
Mantén la calma y recuerda que tu memoria funciona de forma asociativa. La primera idea clave que recuerdes provocará la llegada en cascada de una idea tras otra. Así podrás asociar datos y conocimientos para hacer un examen brillante.